(Piura).- Laura Ilzarbe, experta en gestión de calidad y miembro de la Cátedra de Calidad de Volkswagen, conversó sobre técnicas de gestión con los miembros del Laboratorio de Química de la UDEP.
Por Julio Talledo. 05 enero, 2012.
(Piura).- La Dra. Laura Ilzarbe, experta en gestión de calidad y miembro de la Cátedra de Calidad de Volkswagen, estuvo en Piura y conversó sobre técnicas de gestión con los miembros del Laboratorio de Química de la Universidad de Piura, centro de investigación piurano que busca convertirse en el mejor laboratorio analítico y certificado del norte del Perú. Ella nos da su punto de vista sobre el actual proceso de acreditación de facultades y la creación de nuevos centros universitarios.
La doctora Ilzarbe señala que en temas de Educación lo importante no es la cantidad de universidades que existan, sino la calidad de estos centros.
“Sabemos que para que un país progrese debe apostar por la educación. Muchas de las universidades de prestigio ya están preparadas para el crecimiento y si hoy reciben a mil alumnos estarán preparadas para recibir a mil 500 alumnos. En cambio, una universidad que empieza de cero le va a faltar esa experiencia que ya ha obtenido la otra. Debemos centrar esfuerzos en la acreditación y la certificación de carreras universitarias, y para eso, todas las universidades deberían contar con un sistema de gestión de calidad”, señala la experta.
¿Cuál es el beneficio directo que daría un sistema de gestión de calidad?
Las universidades conseguirían aumentar la satisfacción de sus clientes, con la consecuencia que ello trae: que las vuelvan a elegir. Los alumnos, al finalizar la carrera, regresarán para llevar algún curso de extensión, y además, nos recomendarán con sus amigos que están decidiendo qué facultad o qué universidad elegir para sus estudios. Este es el beneficio directo que se obtiene.
Y, ¿cuál es el beneficio para las facultades que se están acreditando?
Mejorarían el método de trabajo: todo es mucho más sistemático, se reducen considerablemente los errores, llegando incluso a cero defectos. Además, un sistema de calidad da una herramienta muy buena para mejorar continuamente todos los aspectos de nuestro trabajo; y esta mejora continua es, finalmente, el éxito de una organización.
Este sistema de calidad siempre debe ir unido a un programa de auditoría interna que permita reconocer las desviaciones respecto del modo en que hemos establecido trabajar, porque cuando se instauran nuevos métodos de trabajo, suele suceder que a veces no todos se suman al carro de esa nueva forma de trabajo.
¿Qué problemas impiden que las instituciones tengan un buen sistema de gestión de calidad?
Hay varios. El más importante es la falta de compromiso de la dirección. Hay muchas instituciones en las que los líderes están comprometidos con la calidad pero solo en palabras y a la hora de la verdad no le dan esa importancia y prioridad que tienen que darle.
Otra barrera es la falta de capacitación de los empleados, de modo que no saben cómo implementar un sistema de calidad. Y por último, que no se comunique a toda la institución sobre el avance del proyecto de implementación. Se han dado casos en los que los empleados no se enteran de que el proyecto existe.
¿Qué pueden hacer las instituciones educativas para contar con un sistema de calidad eficiente?
Primero, tener expertos capaces de desarrollar estos sistemas. Para ello, se debe escoger a las personas que más destaquen en la empresa por temas de calidad y capacitarlos si es necesario. Ese es el secreto: contar con un capitán que lidere el proyecto. El experto se encargará de explicar, cuáles son las herramientas o modelos de acreditación; qué herramientas nos da ese modelo para trabajar mejor. Así se implementará la mejora continua en la universidad.
¿Qué perfil debe tener ese experto?
La primera característica sería el sentido común, que muchas veces es el menos común de los sentidos. Debe ser una persona práctica, que no se pierda en las teorías y en los detalles. Evidentemente la teoría debe de ayudar, porque como dice un dicho “nada es tan práctico como una buena teoría”, pero no nos podemos quedar solo con ello.
Además, debe ser una persona con capacidad de planificación y liderazgo y no solo son conocimientos, porque estos se adquieren con más facilidad: asisten a cuatro cursos de formación y ya está. En cambio, las capacidades se van cultivando y eso es más complicado.
¿Cuánto tiempo le demandarían implantar un sistema de calidad?
Depende del tamaño de las instituciones. Una mediana, no debería extenderse más de un año, tiempo suficiente para implementar el sistema de calidad y darle tiempo para que madure y ver los resultados.
En el caso de la Universidad, al ser mucho más compleja, un año me parece poco tiempo; pero es tiempo suficiente para que facultades o laboratorios implementen su sistema de calidad. Hacer esto en toda la universidad, demandaría un plazo de 3 años, teniendo en cuenta la concienciación del rector, el equipo directivo, los decanos, los responsables de área, los profesores, alumnos, el personal de limpieza, de mantenimiento, las empresas que contratan a nuestros empleados, los egresados de la Universidad, al final tiene que llegar a todos. Todos deben estar enterados.
